Julio 2021. A pesar de las súplicas de su madre para que desista de dar un mal paso, María Candelaria se entrega a Bernardo Zambrano, del cual está enamorada y que tiene como único fin hacerla suya. Ella es señalada por la gente y es alertada por su madre, Francisca, de que al amar al chico está cometiendo un pecado. Ella no hace caso y al quedar embarazada recibe como pago a su amor solo humillaciones por parte de él. Al enterarse Antonia Preciado, la mordaz madre de Bernardo, esta amenaza a Cande y Francisca, quien defiende a su hija y exige que el muchacho, al que considera un cobarde., responda por sus actos. Sin embargo Antonia pide a su empleado de confianza, Fidel Robles, que provoque un accidente a las Santos para que así el bebé que Cande espera no represente una amenaza. Esto lo ha escuchado Bernardo, quien en el fondo ama a la muchacha y no desea que muera, por lo que acude sigilosamente a la casa de estas para impedir que Fidel cometa una locura. Ambos se enfrentan a golpes y el empleado termina apuñalándolo. Para borrar toda evidencia, lo introduce dentro de la casa y la incendia sin saber que en esos momentos Cande se encuentra en la cantina de una vieja conocida: Coraima Reina, la cual siempre le ha insistido para que se una a su clan de chicas malas y haga mucho dinero. Es allí donde la muchacha sabe que su casa está ardiendo, con su madre dentro. Acude al sitio, sin embargo nada puede hacer, ya que todo es consumido por el fuego, hasta volverse cenizas, situación que la llena de dolor, a diferencia de lo que siente Antonia, quien celebra y felicita a Fidel, al que da dinero para que desaparezca un tiempo, pero este no lo acepta, argumentando que al irse solo levantaría sospechas. La mujer le acaricia el rostro y le promete que siempre tendrá su confianza, sin embargo se alarma cuando se da cuenta de que Bernardo no está. Busca entre sus cosas, descubriendo que algunas faltan y, al creer que ya no hay peligro para él, lo llama a su teléfono, pero nunca contesta. Teme a que el chico se haya ido enojado y en verdad esté enamorado de Cande, a la que cree muerta, horrorizándose cuando descubre que está viva, pues esta se presenta ante ella para culparla de la muerte de su madre. Antonia la manda a echar y le exige que no le levante falsos o en verdad se convertirá en asesina y la matará, pues no está dispuesta a permitir que el bastardo de su hijo nazca. Cande se refugia en Coraima, quien le ofrece un cuarto en su casa y le propone que trabaje para ella y se olvide de la costura, pues finalmente la fiesta, las risas y la celebración la harán olvidar la muerte de su madre. Sin embargo el dolor de la chica no ha terminado, pues una noche, mientras sale a caminar es arrollada por un auto, situación por la que pierde el bebé que esperaba. Está convencida de que no sufrió un accidente, sino que fue un ataque de Antonia, por lo que levanta cargos contra la mujer y Bernardo, pero no cuenta con que la millonaria ha comprado a las autoridades, principalmente a Dalmiro Chacorta, el jefe de la policía municipal, por lo que llena de dolor pide a Coraima que la ayude a olvidar su pasado y dejar de ser Maria Candelaria Santos.
AÑOS
DESPUÉS: La cantina se ha convertido en un ostentoso prostíbulo, en
el que María Candela es la mujer más deseada. Esto ha hinchado de
dinero a Coraima, quien la convirtió en su socia y presa de la
envidia de Topacio, quien siempre le ha tenido odio y rencor, al
contrario de Olinca, una vieja prostituta que se da cuenta de todo y
hace saber a la villana que, si mira a sus compañeras con rivalidad,
estará perdida. Topacio se desahoga con Alcatraz, quien le tiene
estima y promete ayudarla a destruir a su rival.
El
hermano de Antonia, Evaristo Preciado, vuelve a Peña del Álamo
debido a la terrible enfermedad que padece. Lo acompañan sus hijos:
Ingrid, Rafael y la esposa de este, Sabina Terán, quien muestra
desagrado ante todo de su nuevo entorno. La pareja discute y él le
recuerda que decidieron darse una oportunidad para así evitar el
divorcio. Ingrid pide a su cuñada que sea paciente o perderá a su
hermano, pero Antonia aconseja a esta como retener a Rafael a su lado
y le advierte del prostíbulo del pueblo, para que tome precauciones
con su marido, el cual confiesa a Evaristo que los problemas por los
que atraviesa su matrimonio ya no tiene, solución, por lo que ha
considerado el divorcio.
Lino y Yamila Escamilla son unos caza fortunas que han puesto la mira en los millones de Antonia, situación por la que él se ha dado a la tarea de enamorarla desde que llegó a trabajar como su administrador, levantando sospechas en Fidel, quien lo vigila pues le tiene absoluta desconfianza. Cuando Ingrid conoce al hombre, enloquece por él y su sensualidad, por lo que se le insinúa. Por su parte Yamila conoce a Rafael y al saber que este pasa por dificultades en su matrimonio, se propone conquistarlo.
El
padre Carmelo reprocha a Coraima el haber perdido a María Candela en
el pecado, en vez de apoyarla para que fuera una mujer de bien. Le
recuerda que ambos saben un secreto: Que el padre de la mujer no
murió y que en realidad fue un canalla que abandonó a Francisca a
su suerte. La prostituta sin embargo cree que su socia y colega no
tiene por qué saber que tiene un padre, si finalmente nunca lo
conocerá.
Rafael
se cruza con María Candela, quien lo deslumbra con su belleza. Ella
también se sorprende al verlo y cuando él está por hablarle, huye,
pues ha sentido algo tan fuerte como lo que una vez sintió por
Bernardo. Vuelve al prostíbulo y le cuenta esto a Coraima, la cual
le recuerda que ella es la favorita de alguien y tiene prohibido
fijarse en otro.
Por
saberlo viejo amigo de Bernardo, María Candela siempre ha rechazado
Gibrán, gran amor de Topacio, con la que solo se divierte. Otro
interesado en la primera es Dalmiro Chacorta, al que odia por creerlo
cómplice del asesinato de su madre. Un día Gibrán intenta
propasarse con ella y lo abofetea. Este se violenta y Rafael aparece
y la defiende. Se presenta y se ofrece acompañarla. Le cuenta qué
hace en el pueblo y la incomoda al decirle que pertenece a los
Preciado. Los ve Alcatraz, quien le cuenta a Yadhira, haciendo que el
odio de esta hacia su rival se haga más grande y la enfrente. Las
dos enemigas se enfrentan a bofetadas y Coraima interviene,
prohibiendo a Cande que vea a Rafael.
Antonia
dice a Evaristo estar segura de que algo le ha pasado a Bernardo,
pues no pudo desaparecer por sí solo. El hermano le hace saber que
su hijo jamás lo buscó para pedir refugio. Los escucha Fidel, quien
recuerda cómo apuñaló al muchacho y luego habla con Chacorta, el
cual está obsesionado con María Candela y jura que será suya. El
amigo se ríe de él, pues la mujer ha sido de todos en el pueblo.
Por su parte Dalmiro sospecha que la mujer está siendo protegida por
alguien para quien se ha vuelto exclusiva.
Gibrán
se emborracha y los brazos de Topacio para acercarse a Maria Candela,
a la que dice saberla fácil como las demás, pero más cara. Le
arroja dinero a la cara y la besa por la fuerza. Ella lo abofetea y
araña. Él le asegura que no es mas que una prostituta que no vale
nada. A él se suma Topacio, la cual insulta a su rival, quien harta
de la situación la abofetea delante de los clientes. Se encierra en
su habitación, donde llora ante Coraima, la cual amenaza a Topacio
con prescindir de ella. Esta la reta a que lo haga y la jefa le
recuerda ser el premio de consolación de los que son rechazados por
su consentida. La villana llora ante Alcatraz, a la que confiesa que
si no fuera porque iría a la cárcel, mataría a María Candela. La
amiga cuenta esto a Gabino, su enamorado, quien le pide que deje la
mala vida y huyan juntos pero la muchacha se resiste.
Ingrid
muestra su interés en lino, quien simpatiza con su libertad y falta
de recato. La besa y se la lleva a la cama, enloqueciéndola aun más
de pasión. Le pide que sean amantes y mantenerlo en secreto, pues
podría perder su trabajo. Luego el hombrese escabulle en la alcoba
de Antonia, a la que besa y llena de sensuales caricias. Hacen el
amor y le pide que lo deje estar con ella, protegerla no solo como su
hombre, sino como su marido. La mujer se ríe de él, pues no desea
casarse de nuevo y lo suyo no puede ir más allá de aventura
pasajera. El amante queda perplejo y ella lo besa, fogosa.
Yamila se hace amiga de Sabina y la presenta con Gibrán, quien ya ha acordado con su amiga enamorar a la mujer de Rafael, al que asegura haber visto en el prostíbulo con María Candela. Esto provoca que la esposa del hombre le haga reproches y prometa que si llega a enterarse que él anda con prostitutas, ella le hará lo mismo. El marido la desafía, pues así tendrán motivos para separarse. Luego se toma una copa con Evaristo, al que confiesa haber conocido a María Candela y no poder arrancársela del pensamiento.
Olinca
se sorprende cuando María Candela le confiesa que Rafael quizás sea
el amor de su vida. Luego Olinca se ve con Fidel, quien ha sido su
amante durante muchos años. Este le cuenta todo lo que pasa en la
casa grande, incluyendo los problemas maritales de Sabina y Rafael,
del que asegura saber un secreto: Su romance con María Candela.
Antonia
se alarma al saber que Rafael está interesado en María Candela y se
opone a que el sobrino la vuelva a ver. Asegura a Evaristo que esa
mujer fue la causante de que su hijo huyera. Lo mismo le dice a
Ingrid, quien defiende a su hermano y asegura que solo ha escuchado
la versión de su tía, sobre los hechos en el pasado, pero debe
escuchar la versión de otra gente para saber a quién creerle y
entera a Rafael de lo que sucede.
El
padre Carmelo no está de acuerdo con el oficio de María Candela y
le pide que deje de vivir en pecado y retome el buen camino. Ella
asegura que amar fue su único pecado y que la vida y la maldad de
los Preciado la han arrojado al lodo, donde solo ha encontrado
refugio. Luego recibe la visita de Nicanor Durazo, quien siempre la
ha protegido a cambio de compañía, pagando lo suficiente para que
no sea de otro más que de él, que asegura estar loco por su belleza
mas no poder desposarla ya que tiene una familia y debe cuidar su
reputación. A la prostituta eso no le importa y lo complace en todo.
Luego él habla con Coraima, a la que advierte que María Candela es
solo suya y tiene prohibido enredarse con otro. Son vistos por
Dalmiro, quien hace preguntas a la dueña del burdel, misma que se
niega a dale información. Esa noche el policía se presenta con su
séquito y pide que María Candela esté con él, ofreciendo mucho
dinero. Ante la negativa, arma un escándalo y clausura el lugar,
razón por la que las prostitutas se le enfrentan. María Candela
asegura no tenerle miedo y pide ayuda a Nicanor, quien se encarga de
hacer unas llamadas por lo que los jefes de Chacorta amenazan a este
con destituirlo si ataca los intereses de los privilegiados. Al
hombre no le queda más remedio que permitir que el burdel sea re
abierto y le asegura a María Candela que un día la hará suya.
Acude a hablar con Antonia, quien le aconseja que se deje de
consideraciones y tome medidas extremas respecto al burdel, pues si
bien María Candela ya una vez perdió a su madre en un un incendio,
bien podría perder su lugar de oficio en otro.
María
Candela visita la iglesia y cuando el padre Carmelo le pregunta qué
haría si supiera que su padre vive, ella le pide que le diga si eso
es verdad y él le dice que sí, pero que él no sabe de su
existencia. La mujer da un paseo por la calle y se cruza con Rafael,
quien le revela que no ha dejado de pensar en ella, desde que la
conoció, y que se encuentra desesperado pues la vida al lado de su
esposa es insoportable. Acuden a un cenote a las afueras de Peña del
Álamo, donde finalmente se besan. Sin embargo ella se resiste a otro
beso y le dice tener miedo pues sabe de los alcances de su familia,
contándole que fue Antonia Preciado la causante de que ella perdiera
el hijo que esperaba. Esto lo comparte Rafael con su padre, Evaristo,
quien se lo pregunta a su hermana, la cual estalla en ira y jura que
eso es mentira, pues no le pudieron comprobar nada. Evaristo sin
embargo sabe los alcances de su familiar, y le dice saber que ella
bien pudo comprar las leyes. Le advierte que Rafael ha puesto los
ojos en la prostituta, por lo que la la mujer acude a dar una fuerte
sacudida a Sabina, a la que asegura que si no hace algo perderá a su
marido.
Ingrid y Lino hacen el amor y casi son descubiertos por Antonia, pero Yamila se encarga de que no sea así y más tarde reprocha al hermano el haber estado a punto de acabar con su plan. Él reacciona y comienza a despreciar a Ingrid, quien sufre.
María
Candela dice a Coraima que su vida ha sido una mentira, pues su padre
vive y no sabe de su existencia. Al revelar que su socia sabe esto
por el padre Carmelo, la madrota la entera de que su padre sí sabe
de su existencia, pero que se negó a reconocerla, lo cual dio
motivos a la difunta Francisca para no aceptar a Bernardo, convencida
de que este haría lo mismo con su hija. La entera de que su padre es
Pedro Murguía, el que fuera el primer marido de Antonia Preciado.
Topacio
asegura a Alcatraz y Olinca, que María Candela es más que una mosca
muerta que se vende al mejor postor. La última pide a la envidiosa
Topacio que no odie a su compañera solo por ser la favorita de los
clientes, incluyendo a Gibrán, al cual ha visto en el pueblo muy
acaramelado con una mujer que parece ser rica y de ciudad: Sabina.
Esto hace que la la prostituta haga reproches al hombre, el cual solo
se ríe de ella y le dice que solo la toma como diversión, pues
jamás se casaría con una vulgar arrabalera que lo avergüence ante
los demás. Ella sufre y cuando Alcatraz le aconseja que se olvide de
él, pues nunca le corresponderá ya que solo tiene ojos para María
Candela, la abofetea fuertemente. Cuando Gabino se entera, le pide
que huyan pero ella insiste en negarse.
Cansado
de los desaires de María Candela, Chacón intenta atacarla, pero los
guaruras de Nicanor lo impiden y este último amenaza al policía
con hacer que lo destituyan en ese momento. Dalmiro sin embargo no
piensa permitirlo y manda a sus secuaces al burdel, donde apuñalan a
Nicanor en el baño, matándolo. El incidente horroriza a las
prostitutas y ahuyenta la clientela, situación que alarma a Coraima.
María Candela por su parte está convencida de que Chacorta se
encuentra detrás de todo.
Fidel
entera a Antonia que su sobrino y María Candela son amigos y quizás
algo más, pues la golfa se ha confesado enamorada. La villana
maldice a su enemiga, a la que cree una arribista que quiere
pertenecer a su familia. Asegura que se encargará de ella y por lo
mientras pide a su empleado que vaya a la capital y no descanse hasta
tener noticias de Bernardo, al que desea encontrar. Luego, segura de
que Sabina es una estúpida que tiene la batalla por su matrimonio
perdida, le pide a Yamila que conquiste a Rafael a como de lugar,
pues no desea que su sobrino se enrede con una prostituta. Esta
acepta encantada y se las ingenia para sorprender a Rafael desnudo y
provocarlo. Hacen el amor y ella, descarada, le revela estar decidida
a todo por él.
Sabina
se presenta ante María Candela como la esposa de Rafael y le exige
que se aleje de él, pues pronto tendrán un hijo. La prostituta
sufre y hace saber a Coraima que ella no desea para ninguna otra
mujer lo que le sucedió, por lo que se olvidará del hombre. Llora
en soledad y sale de casa. la espía Topacio, quien siente gusto de
que sufra y avisa a Chacorta, que su sueño se puede hacer realidad,
ya que la otra ha salido seguramente al lugar donde se encuentra con
su gran amor. Y no se ha equivocado, pues María Candela ha acudido
al cenote y allí es sorprendida por el policía, quien nuevamente
intenta hacerla suya, pero Alcatraz, que se ha percatado de todo y,
aconsejada por Gabino, le hace saber esto a Rafael, quien aparece
para defender a su amada, por lo que el policía lo hiere, con un
plomazo. Horrorizada, la mujer pide auxilio y suplica a su amado que
no resista. Este es llevado al hospital, donde se debate entre la
vida y la muerte. Allí Antonia culpa a la prostituta de lo que
ocurre y le grita que tanto ella como su madre se han encargado de
destruir a su familia, por lo que le exige que se olvide de su
sobrino. Interviene Ingrid, quien reprocha a su tía ser tan malvada
y defiende a la prostituta, recibiendo a cambio una fuerte cachetada
de la villana, por desafiarla. Mientras, María Candela se marcha,
llena de dolor, el cual desahoga en la iglesia, en brazos del padre
Carmelo.
Fidel se encuentra oculto pues no se ha ido a la capital, y es así como descubre que Lino es amante de Antonia. Maldice a su patrona por darle a alguien que no vale nada lo que jamás le ha dado a él y jura que no lo burlarán y se convertirá en el administrador de su patrona, a la que llama desde un teléfono público para decirle que no tiene noticias de su hijo, pero si se ha enterado de que se ha estado manejando mal su administración. Ella cuestiona a Lino, quien le asegura que todo está en regla.
Chacorta
padece la ira de Antonia, la cual sabe que él atacó a su sobrino y
le exige que renuncie a su cargo y se largue de Peña del Álamo
antes de que ella se encargue de hacerlo por medio de sus
influencias. Lo acusa de ser un inepto que no ha podido dar con el
paradero de su hijo y lo abofetea cuando este le dice que Bernardo
está muerto, pues de lo contrario, al ser un señorito bueno para
nada, ya hubiera vuelto.
Rafael
es dado de alta y pide a Ingrid que lo lleve donde María Candela, a
la que promete que todo se arreglará. Ella sin embargo considera que
al estar juntos él se encuentra en peligro, por lo que le pide que
no vuelva más al prostíbulo pues no quiere volverlo a ver. Él se
entera por Olinca que todo se debe a que la favorita habló con su
esposa y esta le hizo saber que serían padres, razón por la que el
hombre exige a Sabina que no se meta en sus asuntos. Ella le reprocha
su engaño y él le dice que se divorciarán, pues no puede vivir un
día más con ella. La mujer se refugia en brazos de Gibrán, quien
la hace suya.
Alcatraz
insinúa a Olinca que Topacio se encuentra detrás de lo que sucedió
y esta se lo cuenta a Coraima, quien furiosa promete a la villana
que, si está detrás del altercado y lo hizo solo para fastidiar a
María Candela, la echará, pues está cansada de ella. Esta última pelea
con Topacio, quien le cuenta lo que Olinca le dijo a Rafael y le
exige que se lo agradezca, pues al final la compañera le hizo un
favor. Esta vez Coraima está del lado de la villana y recuerda a su
consentida que no puede enamorarse, pues su oficio se lo impide.
Harta de todo, la prostituta asegura no importarle las consecuencias
de nada, pues Nicanor está muerto y se ha quedado sin su protección.
Se asombra cuando Coraima le aconseja que acepte los cortejos de
Chacorta, el cual se puede convertir en un gran aliado. María
Candela jura que eso jamás sucederá. Luego tiene un encuentro con
Rafael, quien le jura estar dispuesto a todo por ella, asegura que
Sabina no significa nada para él y tampoco es un obstáculo para que
ellos se amen, pues no la quiere y se divorciará. La prostituta le
pregunta si él la puede ayudar a encontrar a su papá y cuando él
le dice que si, en un arranque lo besa, confesándose perdidamente
enamorada de él. Decide entregarse a su amado, con todo su ser.
Ingrid
insiste en buscar a Lino, quien la rechaza. La chica habla con
Yamila, la cual le exige que se aleje de su hermano e inventa que
este es casado y tiene familia. A la muchacha eso no le importa, pues
está enamorada y decidida a todo por él.
Topacio
hace saber a Chacorta que, si en verdad quiere tener a María Candela
a sus pies y que esta sea exclusiva de él, tiene que matar a Rafael,
pues sin él, a la mujer no le quedará más remedio que entregarse
al mejor postor, como una vez hizo con Nicanor.
Antonia
dice al padre Carmelo estar convencida de que María Candela es la
causante de la desaparición de su hijo, el cual tuvo que huir por su
culpa. Calla cuando el sacerdote le recuerda que si Bernardo huyó
fue por ser un cobarde, igual que el primer marido de la mujer, a la
que recuerda que ese hombre huyó, abandonándola no solo a ella,
sino a Francisca, con la que tuvo una hija. Antonia suplica al
presbítero que calle y este le asegura que ya no lo hará, así como
estar convencido de que esa fue la razón por la que ella se opuso a
que María Candela y Bernardo se amaran, aun a sabiendas de que no
son hermanos ya que él no era hijo de Pedro.
Cegada por el odio, Antonia investiga en el prostíbulo quién es enemiga de María Candela y al saber de Topacio, la busca, y le ofrece dinero a cambio de que provoque un accidente o mate a la mujer. La prostituta acepta encantada, asegurando que odia a la prostituta y es capaz de todo por verla sufrir.
Yamila
se porta insistente con Rafael, quien le exige que lo deje en paz.
Ella le asegura poder ser tan ardiente como las prostitutas del
congal que visita. Se le desnuda pero él la rechaza, por lo que ella
lo insulta llamándolo estúpido. Busca a María Candela y cuando
ella le dice quién es su padre, él decide ayudarla.
Chacorta
pide a María Candela que sea buena con él y ante sus negativas él
dice saber quién es su padre. Ella no le cree y entonces él se lo
revela por lo que la prostituta llora llena de amargura,
comprendiendo por qué su madre se opuso a que amara a Bernardo. El
malévolo Dalmiro la besa, le mete la mano por la entrepierna pero en
ese momento aparece Coraima para decirle que Antonia la busca. La
prostituta acude a la mujer, quien le exige que le diga qué le hizo
a su hijo y por qué este no aparece, sin embargo calla, horrorizada,
cuando la prostituta le dice saber quién es su padre y le exige que
le diga la verdad. Antonia se lo confirma: Pedro es su padre, pero
este la despreció por no querer casarse con una pobre costurera como
Francisca, quien además era tan ramera como ella. María Candela le
suelta tremenda cachetada a su enemiga y le exige que se largue.
En
Ciudad de México, Pedro se atormenta por sus acciones del pasado y
asegura a su fiel empleada, Vera Ortega, estar arrepentido y querer
componer el pasado. Se pregunta qué será de su amada Francisca y la
hija que tuvo con esta. Pronto suena el timbre de su casa y ante él
aparece Rafael, quien le dice que la hija que tuvo hace años está
desesperada y se ha arrojado a la mala vida ante la ausencia de él.
El hombre llora al saber que la costurera murió hace muchos años y
la vida que su hija lleva como consecuencia de su cobardía. Decide
que ha llegado el momento de enmendar los daños.
Fidel
asegura a Antonia no saber nada de su hijo. Ella lo abofetea, lo
acusa de ser un inútil al igual que Dalmiro y lo echa de su casa. El
empleado acude a la iglesia, donde aterra al padre Carmelo cuando
bajo secreto de confesión le dice que Antonia lo mandó a matar a
Cande y Francisca, y que accidentalmente mató a Bernardo, el cual en
realidad nunca huyó y trató de impedirlo.
Gibrán
intenta abusar María Candela, quien lo golpea con un objeto que hace
que pierda la razón y hace escándalo, pidiendo ayuda. Topacio la
acusa de ser una asesina. Sin embargo el hombre vuelve en si y las
prostitutas mismas lo curan, mientras que llena de odio y también
cegada por la recompensa que Antonia le ha ofrecido, Topacio piensa
en como deshacerse de su enemiga y para ello se encarga de encontrar
una serpiente, la cual esconde en uno de los cajones de su rival,
quien más tarde es mordida y llevada de emergencia a un hospital,
donde logran ponerla a salvo. Este hecho hace que Gabino aconseje a
Alcatraz y esta le cuente a Coraima todo lo que sabe de los planes de
Topacio, por lo que la madrota toma represalias y despida a la
villana, la cual jura que haya sido ella quien puso la víbora entre
las cosas de María Candela. Sin embargo sospecha de Alcatraz y la
enfrenta, matándola accidentalmente cuando al jalonearla de los
cabellos y empujarla la hace caer al vacío, desde un balcón. Pide
ayuda a Chacorta, quien la ayuda a ocultar el cuerpo. Al no saber
nada de su amada, Gabino comienza a indagar y enfrenta al policía,
quien también se deshace de él, sorprendiéndolo en un viejo
camino, donde le dispara, para luego desaparecerlo al igual que
desapareció a Alcatraz.
Lino sorprende a Sabina llorando y la consuela. En un arrebato, ella lo besa y los dos se van a la cama. Son descubiertos por Ingrid, quien llena de rabia los enfrenta y se lo cuenta todo a Rafael, quien felicita a su mujer por haber encontrado con quien ser feliz, anunciando que ha visitado la capital y ha interpuesto la demanda de divorcio. Ingrid también entera de esto a Evaristo y los escucha Antonia, la cual busca a su amante y lo corre de su casa y sus negocios para siempre. Él intenta besarla, le dice amarla y querer casarse con ella. Ingrid vuelve a ser testigo y revela a la tía que el administrador también se acostó con ella, por lo que ha estado con todas las mujeres de la familia. Furiosa, Antonia lo amenaza con una escopeta, la cual dispara, ahuyentándolo. Luego pide a Fidel que le de un escarmiento y este se niega a recibir dinero, asegurando que de ahora en adelante quiere ocupar el puesto del muchacho y no solo como administrador, sino como amante de la patrona. Antonia lo abofetea y él la besa por la fuerza. Está por hacerla suya pero ella toma su escopeta y le dispara. El hombre no tiene más remedio que irse. Acude a Olinca para que lo cure y se despide de ella ya que abandonará Peña del Álamo para siempre. Ella le pide que lo lleve con él y el hombre acepta, por lo que la mujer se despide de sus compañeras.
Evaristo
reprende a Ingrid por haberse enredado con Lino. La chica desahoga su
pena con Rafael, quien dice comprenderla. Le pide que intente olvidar
lo sucedido y ponga sus ojos en alguien más. Pronto la ve
conversando con Gibrán y le prohíbe esa amistad.
Al
estar abordo de un autobús, Fidel llama por teléfono a Antonia y le
asegura que nunca encontrará a su hijo, pues este está muerto. La
mujer pega un grito aterrador y se niega a aceptarlo. Habla con el
padre Carmelo, quien le asegura que Fidel no le mintió, pues él
mimo le confesó cómo mató a Bernardo. La mujer estalla en rabia y
exige a Chacorta que de con el paradero de su empleado y se lo lleve
vivo, pues quiere ser ella quien lo mate. El policía se da a la
tarea de investigar pero Fidel no es tonto y al darse cuenta de lo
que sucede, le tiende una emboscada y lo mata.
SEMANAS
DESPUÉS: María Candela se asombra cuando Rafael se presenta ante
ella para decirle que le tiene una sorpresa. Se trata de su padre,
Pedro, quien arrepentido suplica a su hija que lo perdone. Ella se
aferra a él y acepta su ayuda cuando el hombre le pide que viva con
él en la capital y comience una nueva vida, olvidándose del
prostíbulo, María Candela, y todo su pasado.
Lino
y Yamila creen que han perdido al intentar hacerse de una fortuna y
él busca a Antonia para suplicarle que lo deje estar con ella. La
mujer lo rechaza. Vive amargada con el recuerdo de su hijo en mente y
con la esperanza de que un día Fidel sea atrapado y pague por su
crimen. Lo mismo le dice al padre Carmelo, el cual le recuerda que
Dios se manifiesta de maneras misteriosas y se encargó de que fuera
ella y no Francisca quien perdiera a su hijo. Amargada, la villana
corre al sacerdote de su casa.
Sabina
ha alistado maletas y se despide de Evaristo pues volverá a la
ciudad y no se volverán a ver. Él le desea lo mejor. Aparece Rafael
para pedirle perdón por no saber hacerla feliz. Ella se disculpa por
lo mismo y se va, reencontrándose con Lino, al que besa y el cual se
despide de Yamila, pues seguirá su camino por separado, al lado de
Sabina.
Coraima
y Olinca lamentan que María Candela vaya a dejar el prostíbulo. La
primera pide a su socia que le deje pagarle su parte por el
prostíbulo, pero esta se opone y le agradece el haberla protegido y
brindado ayuda cuando más lo necesitó. Luego acude al cementerio,
donde visita la tumba de su madre y le suplica que la bendiga desde
el cielo, ahora que comienza una nueva vida. Allí se cruza con
Antonia, quien le dice que su madre era una ramera igual a ella. Esta
vez María Candela abofetea a su enemiga.
A la comisaría ha llegado un nuevo superior, se trata de Enrique Coronado, un hombre implacable, justo e inquebrantable al que Antonia exige que de con el paradero de Fidel y cierre el prostíbulo. El hombre le deja claro que no recibe ordenes ni ofertas monetarias de nadie, por lo que, al igual que el resto de la gente, ella tendrá que esperar a que su caso sea resuelto sin importar el tiempo. Furiosa, la mujer se marcha y al llegar a casa se encuentra con Pedro, quien lamenta verla tan acabada. Asegura que ese es su pago por todo lo que hizo, como arrebatarle lo que era suyo y encima engañarlo con otro hombre, que la convirtió en madre. Ella lo ignora en todo momento. No le dice una sola palabra, y al quedar a solas llora, contemplando un retrato de Bernardo.
Topacio
descubre que está embarazada y se lo hace saber a Gibrán, quien la
desprecia y le exige que le achaque ese hijo a otro, pues la sabe
prostituta y pudo haberse embarazado de cualquiera. Para sacar a la
prostituta de su camino, el hombre le pide matrimonio a Ingrid, la
cual, ante la sorpresa, no tiene más remedio que rechazarlo, además
de enterarse de sus aventuras con Sabina, quien al saberse sola sí
acepta casarse con él de inmediatoAl enterarse, Topacio sufre y pide
a Chacorta que lo mate. Él, cansado de falsas promesas, la viola y
la violencia es tal que esto hace que ella pierda el hijo que espera.
Destrozada, la prostituta acaba con su vida, ahorcándose con una
soga.
Pedro
vuelve a casa con su hija y son recibidos por Vera, la cual más
tarde hace saber a María Candela que el hombre ha sufrido por muchos
años, atormentado por los recuerdos y arrepentido por sus acciones.
La mujer sin embargo sabe que una nueva vida empieza para todos y
revela sus deseos de ser alguien en la vida. Dentro de poco, luego de
firmar su divorcio, Rafael se presenta ante ella y le pide
formalmente que acepte ser su esposa. Ella le dice que sí y al paso
de un tiempo se casan en una boda pintoresca, en la que junto a sus
seres queridos sellan su felicidad con un fuerte beso de amor,
dejando atrás el ayer, el cual llevó a la inocente Cande a
convertirse en... María Candela.
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